
Este es el luger donde día tras día me gano el pan. No sé, de momento la capi me está tratando bien.
Además en el trabajo no me canso tanto como en Salamanca, porque la jornada es más corta (aunque no libre más que un día a la semana) y no tengo que subir cien veces mil escaleras, menos mal que mis piernas siguen siendo biónicas.
Ahora sólo falta que me asciendan (y con esto no quiero decir que me pongan a currar en la tienda que está en el piso de arriba), sino que me suban algo el sueldo porque con los problemas que he tenido (para el que no lo sepa aún trabajo oficialmente en salamanca; porque no mandaron una serie de papeles...) Muy típico, esto quiere decir que he cobrado 700 eurines para pagar alquiler, gastos, teléfono, vida y gimnasio, ocio, viajes a Salamanca, Ávila, Arévalo, comida (basura y no basura), cosmética, perfumería, prensa especializada en tendencias (Preferiblemente de Conde-Nast), desayunos en el Paul,... y ya, porque es de lo que se compone mi vida en sí.
Lo ansío y lo anhelo.