Sunday, June 08, 2008



Nueva ubicación, nuevos proyectos. A ver qué tal sale todo.
De momento deambulando entre reencuentros con los compañeros de otros barcos, con los que ayer compartí risas de las de antes con las que olvidar esta crisis. La alarma social me está empezando a inquietar. ¿Será posible que todo vaya tan mal? Si de algo me ha servido es de que mi casa sea más barata y, dado que la quiero para vivir y no para especular con ella, me conformo con su precio actual y no em duele demasiado que se desplome en próximos años. Años en los que, por supuesto estaré ocupándola, espero que felizmente y en los que no pretenderé que su valor aumente para poder ganar dinero, porque para ganar dinero, lo primero que hay que ser es rico. El resto lo máximo que podemos hacer es amueblar la casa con Ikea y largarnos una semana a la playa con la extra. Aunque a este paso no me va a llegar para ambas cosas, así que me decantaré por los muebles que durarán algo más que mi bronceado playero, sustituído eficazmente por un lucido tono autobronceador LÒreal o, en su defecto piscinero de Lago. Todo eso, si el tiempo estupendo que nos deleita, lleno de nubarrones negros y ventoleras varias, nos da un respiro con algún rayo de sol.

Wednesday, June 04, 2008


O no hago nada, o lo hago todo a la vez. Podría elegir dar un paso en el terreno profesional (aunque esto la mayor parte de las veces lo eligen por nosotros)o dar pasos en el terreno personal, que suele ser algo que en lugar de hacia adelante planteo hacia atrás... Pero esta semana no, esta semana he cogido todo, lo he dado la vuelta o se ha dado sola y en poco tiempo mi vida ha dado un giro de 180º.
Ahora trabajaremos para sacar fruto a las consecuencias de ambos giros que espero que se traduzcan en mejor calidad de vida y que no condicionen ni cambien mis conductas y mis hobbies actuales.
Es decir, que me propongo comprar una casa ahora que el precio ha sucumbido a los terremotos chinos y estabilizarme en ella como base de operaciones en lugar de deambular cual zingaro de una a otra.
El cambio se completa con tienda nueva y compañeros nuevos, atemorizados ante mi lelgada como lémures, pero con los que espero formar buen equipo.
Como consecuencias de todo cambio: el consabido dolor de espalda, menos hambre en las comidas, pero eso sí, esta vez y pese a todo, no ha existido la llamada de socorro del Lunes... Iron man returns.