Wednesday, October 29, 2008


Llego de mi viaje y me sienta bien el sol con frío. Debe ser que se lleva en la piel implantado desde niño si has nacido en la estepa abulense.
El frío polar me aturde y me introduce de nuevo en la vorágine madrileña tras tantas emociones.
Los reencuentros tienen siempre su lado agrio porque significan que el teléfono no es suficiente. Que hacen falta colchones en el suelo, meriendas de galletas y sofás en calcetines. Tardes de Domingo sin hablar, ensayar peinados o reportajes "cosmo", bailar Patricia Manterola y pedir una y otra vez la misma canción. Reirnos para dejar de llorar. Echar a correr en plena calle tras una pelea y escondernos para darnos un abrazo. Pero ahora ya no estamos tan locos... Bueno sí. No me rindo. Zaragoza no está tan lejos y aún no tienes niños...

Wednesday, October 22, 2008


Al final bajo la lluvia corrió la calma por las calles.
Aprovechando el tiempo perdido voy levantando trabajo atrasado. De hecho ya soy madrileño oficial, después de tres años...
Los pequeños esquinazos y recodos que quedan por reconstruir después de los intensos bombardeos, se ven poco a poco limados. Aunque desde luego surgen más, de ahí lo inesperado y lo emocionante.
El fin de mes parece tan lejano con tan poco en la cuenta y tanto por delante...
Pero todas las vicisitudes se llean mejor si salen a la luz nuevas canciones de mi mitomanía particular o no ta particular, porque al final es siempre compartida.

Monday, October 20, 2008


La normal capacidad inspiradora del mes más inspirador, es decir, el Octubre Otoñal, gris y dorado, frío y cálido a la vez; se ha visto mermada por una serie de catastróficas desdichas.
Parece cierto eso de que cuando algo viene mal, no viene solo, pero, al menos, sabe sque te lo puedes quitar todo de un plumazo.
Esta semana va a ser un cúmulo de situaciones compuestas de esfuerzos consecutivos: regreso al gimnasio, porque, para el que no lo sepa (aunque creo que sóloquedó sin felicitarme Ban Ki Mun) Estoy algo más cerca de los oscuros, elegantes, maduros e interesantes treinta y algo más lejos de los locos, felices y vertiginosos veinte; así que es importante tomar cartas en el asunto y luchar contra el tiempo desde ya.
Además estoy repleto de temas hospitalarios familiares y el resto del tiempo como lo completo, pues mira, trabajando, para variar. El colofón es una boda en Zaragoza de una amiga que siemrpe me llena de felicidad, aunque en estas situaciones lo que suceda es que se te vacíen los bolsillos a la misma velocidad que llega la felicidad.
Mi pobre queerasmóvil tiene que ir a su médico, pero va a tener que aguantar hasta la siguiente nómina, eso si no hay boda de por medio...
HIstóricamente los treinta (además de ser mi época favorita en cuanto a moda se refiere...) se conocieron como los dark thirties... No parece muy alentador... Hay que derribar ese mito.