
Y, por fin, sale un día en el que merece la pena despertarse y en el que decides que vuelve a salir el tren. Quizá no se te ha quitado del todo la presión extraña intercostal e incluso puede que aún haya nubes plomizas pululando por el cielo. Pero esas nubes pueden desgarrarse con gasolina y una cerilla y un poco de música y la ventanilla bajada.
La actividad te carga y las tareas no deben amontonarse. El mes de las castañas empieza sin dinero y con trabajo por delante, pero también con la esperanza de que una vez pasado, llega Diciembre. Un poco anodino Noviembre no? Está ahí, gris oscuro, en medio de la nada, con esa neblina fría...
"Entre los Santos y Navidad es Invierno de verdad"