Tras la ruta románica del fin de semana, todavía tengo más sensación de pertenencia a la tierra castellana en la que me crié. Un lujo contemplar esos parajes, con unos monumentos que nos han visto reaccionar desde siglos ante ellos, sin inmutarnos ante el hecho de que se cayeran, de que se perdieran sus muros, sus decoraciones, sus evocaciones.
Afortunadamente, ahora generan dinero y, digo afortunadamente, porque sin ello no hubieran sobrevivido. Bendito turismo y bendito interés humano por conocer su pasado o por impresionarse por cosas. Porque hará que los testimonios perduren siempre.
No comments:
Post a Comment