Wednesday, January 10, 2007


¡Pero que imponente es el frío cristal! Vamos no tan imponente como en Ávila pero es que aquél de cuando íbamos al cole con cuatro grados bajo cero ya se me ha olvidado afortunadamente. Era muy normal ir mirando el termómetro del coche y diciendo: ¡Mira!, ¡Que baja más! Pero todo esto con sol, un sol increíble sobre un cielo azul precioso recién amanecido... Increíble. Además cuando eres pequeño siempre te da verguenza ir con gorro, con bufanda, con cualquier cosa,... ¡Nada que ver con la actual fiebre por el complemento!

Gracias a este "frío de tipo cristal" mis ganglios linfáticos maxilares tienen el tamaño de pelotas de cesta-punta, y me duelen cada vez que hago... Todo. Pero aun con todo, me gusta el frío, no sé, mientras no llueva...

1 comment:

fibulayfabula said...

Cielo, ponte güeno. Dile a esos ganglios que vuelvan a su estado original y que no muten!!.
Un besazo enorme.

pd: Haz caso a la tradición popular y toma miel y limón que siempre es bueno para todo.