
De nada sirve que intente ser o no vulgar, informar con mayor o menor fotuna. Porque al final son las acciones las que me llevan a decir.
Con esta semana bien merezco un finde tranquilo, que aún está por llegar. Me ha zampado la bronca de los errores zariles sin que yo hubiese cometido ninguno, pero ese puede ser el precio que se paga por ser un mini jefe pringui, en lugar de un intocable. Al final me convierto en el brazo ejecutor, rápido y resolutivo que viene estupendamente bien a una gran persona, pero que mi volcán de boca no puede callar que: Además de ser bueno en lo que curras, obligatoriamente hay que currar.
Pero en fin, como el sudar parece cosa de mortales y el correr sólo sirve para llevarte disgustos a mil euros, nos vamosa concentrar en cosas que nos lleven a buenos puertos como el de la risa.
Vuelvo de mis tierras tras comer mucho y dormir más a pegtar un útimo empujón a la semana ya acabada de una fiesta de todos los santos. Ahora que, después de el camión de mañana y tratar de no explotar hasta las cinco y media de la tarde en que salga por la puerta con mis mil verdades que la edad me ha enseñado a callar y guardar sólo para mis allegados (a los cuales procuro no aburrir pero no puedo evitarlo); como decía despues de mis mil verdades enlatadas en mi boca de hierro, voy a huir a ocgere ese caballo de hierro (como lo llamaban los cheyennes) hasta mi fortaleza charra otra vez, para olvidarme de todo y celebrar mi todos los santos particular; que me lo he ganado a pulso.
Me duele la espalda, necesito relax.
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