Friday, December 21, 2007

Y el sol de invierno te hacía entornar los ojos. Paseabas por la vereda llena de hojas marrones y rojizas, amarillas, naranjas, con ese suave viento gélido agradable. Sabes que esa es tu sensación favorita, te das cuenta de que no necesitas mucho más para que cada mañana sea maravillosa porque eres fuerte y soleado.
El crujido te extasiaba y las hojas se rompían debajo de tus botas, a cada paso, firme y sereno, siempre me gustaron tus pasos, tan grandes, fuertes, imponiendo al andar una rutina de desgarbo innata que se transformaba en marcha militar.
Así fue como te vi alejándote hacia el sol de invierno. Me quedé con cada uno de tus rasgos para hacerme un ramillete de recuerdos y deleitarme yo, sólo yo y nadie más.

No comments: