Tras haber descubierto a bebo valdes y el cigala años después que el resto de la humanidad, a parte de seguir sin acercarme mucho al flamenco porque no me tira, me considero aún más inculto que antes. Gracias Ángel por darme explicaciones de cosas que nadie puede explicar.
El síndrome postvacacional, terrible e implacable tiene que transformarse en propósitos, en todos aquellos que he de cumplir sin falta para rellenar las parcelas de mi vida que me sobran y para que me satisafaga yo mismo con mi propia labor de cultivarme.
Un primer propósito es retomar el trabajo con la fuerza y el entusiasmo propios de mi tesón a la hora de hacer las cosas y con la relajació de saber que, bueno, no es el que soñaba, pero es uno, y no tan tremendamente cutre como parece verlo el personal en relacion a mi formación.
Buscaré además nuevos caminos en formación propia, hay que retomar los idiomas que si no, se pierden. Hay que volver a abrir ese libro de italiano y practicar algo de inglés.
Reavivar la vida social de la capi no estaría mal que hace que no quedo con David, Dani, Vane, Cristina, Manu, etc.
Y luego el propósito postvacaional más utópico: el culto al cuerpo y a uno mismo, es decir, pagar el gimnasio para de verdad ir y volver al masajista para sentir de nuevo la espalda como propia.
Sé que finalmente el único que cumplire es estar todo el dia trabajando y tomar café con los amigos pero en fin... Por plantearse metas...